EL MOVIMIENTO ES AUTOCONOCIMIENTO

La práctica de movimiento consciente es una técnica de introspección que favorece la concentración de la mente (Dharana). Esta concentración canaliza toda la energía hacia un mismo lugar, evitando la dispersión mental. Una mente concentrada y calmada se traduce en quietud y paz interior.

El movimiento libera tensiones físicas y emocionales, y aunque a priori suene contradictorio, moverse es la mejor manera de encontrar la quietud. Cuando hablamos de quietud, hacemos referencia a una quietud verdadera, que no debe ser solamente física, sino también mental. Vivimos rodeados de estímulos que constantemente distraen nuestra atención y dispersan nuestra mente, lo cual termina convirtiéndose en un peligro para el propio individuo. Una mente descontrolada impide el autodominio de emociones y pensamientos, y genera conflictos y contradicciones.

Existen numerosas técnicas de fijación mental con objetos externos, como mantener la mirada en una vela u observar plácidamente el horizonte en una puesta de sol. Aunque estos objetos también pueden ser internos, podemos focalizar la mente en diferentes puntos del cuerpo, cómo entrecejo, corazón, etc. Puede ser observar como se mueve tu pierna en cada transición o cómo tu caja torácica se expande en cada inhalación. Por este motivo, el movimiento exige de un continuo adiestramiento mental.

Este movimiento debe ir acompañado de una respiración consciente y plena. Una respiración realizada por vía nasal que nos permita absorber toda la energía vital (Prana) del oxígeno. 

¿Cómo responde nuestro cuerpo al movimiento consciente?

Cuando llevamos a cabo la unión de movimiento y respiración de manera consciente, estamos potenciando la actividad de ondas cerebrales tipo alfa. Estas ondas nos permiten experimentar sensación de calma y relajación, reduciendo los niveles de estrés y aumentando la claridad mental.

El cuerpo físico  es un vehículo utilizado para llevar la mente hacia la conexión interior con uno mismo, lo cual permite obtener un estado de ecuanimidad y serenidad. Por ello, el movimiento es un aliado para transmutar ciertos estados de rigidez mental.

Debemos prestar atención a nuestra salud física, y mirar más allá de la simple estética, y tener en cuenta que un cuerpo enfermo y débil no nos proporcionará un bienestar que nos haga olvidarnos de su existencia por un tiempo. De ahí, que un cuerpo fuerte y sano trascienda y de lugar a una mente capaz de lidiar con la pesadez de ciertos pensamientos.

Varios estudios han demostrado que el 90% de los pensamientos que tenemos no llegan a suceder. Nuestra mente proyecta imágenes y eventos que seguramente nunca ocurran. Teniendo en cuenta que buena parte de esos pensamientos suelen ser negativos o ir ligados a creencias limitantes, miedos y complejos que condicionan nuestra manera de actuar, creo que merece la pena tratar de mejorar nuestra atención mental y progresivamente lograr el discernimiento interior. El movimiento nos brinda autoconocimiento y comprensión.

Por ello, considero el movimiento consciente como un camino hacia la libertad.


¡Recuerda que siempre es buen momento para moverse y respirar conscientemente!

 

 

 

 

 

 

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