CHAKRAS: PUERTAS A LA CONCIENCIA

La palabra «chakra» proviene del sánscrito y se traduce literalmente como «rueda» o «disco». En el contexto del yoga y el hinduismo, se refiere a los centros energéticos que se encuentran distribuidos a lo largo de la columna vertebral (sushumna nadi), desde la base hasta la coronilla de la cabeza. Los chakras se consideran puntos de intersección entre los aspectos físicos, mentales, emocionales y espirituales del ser humano. 

En general, se reconocen siete chakras principales, cada uno con su propio color, símbolo y cualidades específicas. Se cree que trabajar con los chakras a través de prácticas como la meditación, la visualización, la respiración y las posturas de yoga puede ayudar a regular el flujo de energía vital (prana), equilibrar el cuerpo y la mente, y elevar la conciencia espiritual. 

¿Qué opina la ciencia al respecto?

Recientemente, los avances científicos han arrojado luz sobre la conexión entre los chakras y las glándulas endocrinas del cuerpo humano. Estas investigaciones han demostrado que los chakras, además de considerarse centros de energía sutiles en la tradición del yoga, tienen una base física tangible en el cuerpo.

Las glándulas endocrinas son responsables de segregar hormonas que regulan una variedad de funciones corporales, tales como el metabolismo, el crecimiento, el estado de ánimo y la reproducción. Se ha descubierto que cada chakra está asociado con una glándula endocrina específica, lo que sugiere una relación directa entre los centros de energía y la fisiología del cuerpo.

Estos hallazgos proporcionan una base sólida para la comprensión de la influencia de los chakras, sugiriendo que el equilibrio y la armonización de estos puntos energéticos pueden tener efectos beneficiosos en la función endocrina y, por ende, en la salud física y el bienestar holístico del individuo. Esta convergencia entre la sabiduría ancestral y la investigación científica continúa enriqueciendo nuestra comprensión de la interconexión entre cuerpo, mente y espíritu.

Los tres primeros chakras se centran principalmente en aspectos físicos, mientras que los tres últimos se consideran más espirituales, con el cuarto chakra actuando como un puente entre ambos mundos. 

Los 7 chakras principales

Muladhara (Raíz) 

  • Ubicación: Base de la columna vertebral (perineo)
  • Color: Rojo
  • Relación: Supervivencia, seguridad, arraigo
  • Glándula: Suprarrenales

Svadhisthana (Sacral)

  • Ubicación: Centro del abdomen, debajo del ombligo
  • Color: Naranja
  • Relación: Creatividad, sexualidad y emociones
  • Glándula: Gónadas

Manipura (Plexo solar)

  • Ubicación: Plexo solar, encima del ombligo
  • Color: Amarillo
  • Relación: Poder personal, autoestima, voluntad y confianza
  • Glándula: Páncreas

Anahata (Corazón)

  • Ubicación: Centro del pecho
  • Color: Verde
  • Relación: Amor, compasión y conexión
  • Glándula: Timo

Vishuddha (Garganta)

  • Ubicación: Garganta
  • Color: Celeste
  • Relación: Comunicación y expresión
  • Glándula: Tiroide

Ajna (Tercer ojo)

  • Ubicación: Entrecejo, centro de la frente
  • Color: Azul oscuro
  • Relación: Intuición, sabiduría y claridad mental
  • Glándula: Pineal

Sahasrara (Corona)

  • Ubicación: Parte superior de la cabeza
  • Color: Violeta
  • Relación: Conciencia universal y espiritualidad
  • Glándula: Pituitaria

Relación con la pirámide de Maslow

La pirámide de Maslow y los chakras comparten una fascinante similitud en su enfoque sobre la evolución humana y las necesidades básicas para alcanzar un estado de plenitud y autorrealización. Aunque provienen de contextos y enfoques diferentes, ambos sistemas ofrecen una perspectiva sobre la jerarquía de las necesidades humanas y el camino hacia el crecimiento personal y espiritual.

En la pirámide de Maslow, las necesidades humanas se organizan en una jerarquía de cinco niveles, que van desde las necesidades más básicas y fisiológicas en la base de la pirámide hasta las necesidades de autorrealización en la cúspide.

Los chakras principales, como ya hemos visto, se estructuran en siete, cada uno asociado con un aspecto específico de la vida y la conciencia.

Ahora, veamos cómo se relacionan estos dos sistemas:

Necesidades fisiológicas y Chakra Raíz (Muladhara):

    • En la pirámide de Maslow, las necesidades fisiológicas incluyen alimentos, agua, aire, descanso y refugio.
    • El chakra raíz, está relacionado con la supervivencia, la seguridad y las necesidades básicas de arraigo y estabilidad.

Necesidades de Seguridad y Chakra Sacro (Svadhisthana):

    • Las necesidades de seguridad en la pirámide de Maslow incluyen seguridad física, emocional y financiera.
    • El chakra sacro se asocia con la seguridad emocional, la estabilidad en las relaciones y el bienestar sexual.

Necesidades de Amor y Pertenencia y Chakra del Plexo Solar (Manipura):

    • Las necesidades de amor y pertenencia abarcan la conexión interpersonal, la amistad y el afecto.
    • El chakra del plexo solar está relacionado con el poder personal, la autoestima y el sentido de pertenencia dentro de la comunidad.

Necesidades de Estima y Reconocimiento y Chakra del Corazón (Anahata):

    • Las necesidades de estima incluyen el respeto propio y el reconocimiento de los demás.
    • El chakra del corazón se centra en el amor incondicional, la compasión y la conexión emocional.

Necesidades de Autorrealización y Chakras de la Garganta (Vishuddha), Tercer Ojo (Ajna) y Corona (Sahasrara):

    • Las necesidades de autorrealización implican el cumplimiento del potencial personal y la búsqueda del significado y la trascendencia.
    • Los chakras superiores se relacionan con la expresión creativa, la intuición, la sabiduría interior y la conexión con lo divino y la conciencia universal.

En resumen, tanto la pirámide de Maslow como los chakras ofrecen un marco para comprender las necesidades humanas y el desarrollo personal. Ambos sistemas enfatizan la importancia de satisfacer las necesidades básicas para alcanzar niveles más altos de satisfacción y realización en la vida. La integración de estos conceptos puede proporcionar una comprensión más completa de la complejidad de la experiencia humana y el camino hacia la plenitud y el crecimiento personal.

Investiga tu propio camino

En conclusión, la exploración de los chakras y la energía vital ofrece un viaje trepidante hacia el autoconocimiento y el crecimiento personal. Cada individuo tiene la oportunidad única de sumergirse en este océano de sabiduría ancestral y descubrir su propio camino hacia la plenitud y la armonía interior.

Invito a cada uno a embarcarse en su propia investigación y experiencia personal, experimenta con prácticas como la meditación, la visualización, la respiración consciente y el yoga para conectar con cada uno de estos centros de energía y explorar su influencia en tu vida.

Permítete sentir la energía fluyendo a través de tu cuerpo, observa cómo afecta a tus emociones, pensamientos y sensaciones físicas. Mantén la mente abierta y receptiva a las lecciones que cada chakra tiene para ofrecerte.

¡Recuerda que este camino es un viaje de autodescubrimiento continuo y que cada paso que des te acercará más a tu verdadero ser y a una mayor conexión contigo mismo y con el universo que te rodea!

 

 

 

DHYANA: EL ARTE DE LA MEDITACIÓN

En el extenso universo de la filosofía del yoga, la meditación se erige como una práctica fundamental bajo el concepto de Dhyana, un estado de concentración profunda que nos conduce a la conexión con nuestro ser interior. Más allá de ser simplemente un ejercicio de relajación, la meditación se convierte en una herramienta de autoconocimiento que nos permite explorar las profundidades de nuestra mente y descubrir nuestra verdadera esencia.

Dhyana implica una concentración profunda y continua en un solo objeto de enfoque, ya sea una imagen mental, un mantra, la respiración o la sensación física. En este estado, la mente se vuelve unidireccional, sin distracciones ni fluctuaciones, y el practicante experimenta una profunda conexión consigo mismo y con el objeto de meditación. Cuanta mayor atención y concentración mental, mejor será la meditación.

Descubriendo la esencia a través de la meditación

En el trajín cotidiano, es fácil perderse en el bullicio del mundo exterior y desconectarnos de nuestra propia realidad interna. La meditación nos invita a detenernos, a cerrar los ojos y dirigir nuestra atención hacia adentro.

Se trata de un viaje hacia la comprensión, donde nos encontramos con nuestros pensamientos, emociones y sensaciones, observándonos sin juzgar, sin identificarnos con ellos, simplemente siendo testigos de nuestra experiencia presente, dejándolos pasar como nubes en el cielo de nuestra conciencia. En este estado de conciencia plena, nos liberamos de las cadenas del tiempo y experimentamos la realidad tal como es, sin filtros.

Esta práctica nos ayuda a saborear cada experiencia con gratitud y aceptación, sin buscar constantemente la próxima distracción. Descubrimos que la vida no ocurre en el pasado o en el futuro, sino aquí y ahora, en este momento eterno e inmutable. A través de la atención plena, la respiración consciente y la observación silenciosa, cultivamos la capacidad de estar completamente presentes en cada momento de nuestra vida, encontrando la paz y la plenitud que tanto anhelamos en lo más profundo de nuestro ser.

Con el tiempo, comenzamos a desenmarañar las capas de nuestra identidad superficial para acceder a la esencia pura que reside en lo más profundo de nuestro ser. Descubrimos que somos más que nuestras preocupaciones, miedos o deseos; trascendiendo la individualidad y conectándonos con la unidad misma del universo en su totalidad.

Los beneficios de la meditación trascienden lo meramente espiritual, extendiéndose también a nuestra salud mental. Estudios científicos respaldan sus efectos positivos en la reducción del estrés, la ansiedad y la depresión. Al entrenar nuestra mente para permanecer en el momento presente, cultivamos la serenidad interior que nos permite enfrentar los desafíos de la vida con mayor claridad y ecuanimidad.

Consejos prácticos para tu meditación.

Una preparación previa y una rutina es esencial para mantener este hábito prolongado en el tiempo:

Encuentra tu espacio: Dedica un lugar tranquilo y cómodo donde puedas practicar regularmente sin distracciones.

Establece una rutina: Programa un horario fijo para meditar todos los días, preferiblemente por la mañana temprano o antes de irte a dormir.

Comienza con la respiración: Utiliza la respiración consciente como ancla para tu atención. Observa el flujo de tu respiración, sintiendo cómo entra y sale de tu cuerpo.

Cultiva la paciencia: La meditación es un proceso gradual. No te preocupes si tu mente divaga; simplemente vuelve suavemente tu atención al objeto de enfoque.

Explora diferentes técnicas: Aunque lo más adecuado sería permanecer en quietud y  ser tu propio guía, puedes probar distintos tipos de meditación, como la atención plena, la meditación guiada o la meditación en movimiento, para encontrar la que mejor se adapte a ti.

En conclusión, la meditación nos ofrece un camino hacia el autoconocimiento y la realización personal. A través de esta práctica, no solo descubrimos nuestra verdadera naturaleza, sino que también cultivamos la paz interior y fortalecemos nuestra salud mental. Con dedicación y perseverancia, la meditación se convierte en un faro que ilumina nuestro viaje hacia una vida más plena y consciente.

«El verdadero viaje del descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener nuevos ojos para ver.» – Swami Sivananda

EL PODER DE LA NATURALEZA

Cómo seres humanos, nuestra vida ha estado ligada continuamente a la naturaleza. Hemos vivido el 99% de nuestra historia en ella, sirviéndonos como fuente principal en la base de nuestra alimentación. Si queremos tener una buena salud y mejorar nuestro bienestar en general, el contacto con la naturaleza se convierte en un remedio obligatorio.

El déficit de naturaleza suele vincularse a un mayor riesgo de sufrir enfermedades como depresión y ansiedad. Por ello, como medio de prevención, en los  últimos años se habla del concepto de «Vitamina N», apelando al efecto terapéutico que proviene del contacto con la naturaleza. Ahora bien, debe ser una conexión consciente, en la que nuestros sentidos estén prestando atención a nuestro entorno, y no a nuestro smartphone.

Sumérgete en un baño de bosque

En la década de los ochenta en Japón surge una expresión denominada baño de bosque o shinrin yoku, que consiste en caminar, observar elementos naturales y disfrutar del silencio y los sonidos de la naturaleza de una forma meditativa, profunda y relajada, siendo consciente del entorno que nos rodea. Literalmente significa «absorber la atmósfera del bosque».

Esta práctica tiene numerosos beneficios terapéuticos:

Disminuye ansiedad, estrés e irritabilidad. (reducción del cortisol)

Regula la microbiota y fortalece el sistema inmunológico. (células NK o natural killers)

Mejora la sensación de bienestar y estado ánimo.

Aumenta la calidad del sueño.

Potencia habilidades cognitivas y  la creatividad.

Consejos para aumentar los beneficios

Caminar descalzo intensificando el contacto con la Tierra.

La superficie de la Tierra genera electrones (iones negativos) que tienen beneficios antioxidantes para nuestro organismo.

Observar el horizonte en una montaña.

Los colores verde y azul, asociados generalmente a la naturaleza, son colores de baja excitación que aumentan la sensación de relajación.

Respirar profundamente sintiendo el fresco aroma de árboles y plantas.

El aire de entornos naturales está formado por unos compuestos denominados fitoncidas, beneficiosos para nuestra sistema inmunológico.

Rodéate de bienestar

Teniendo en cuenta que el 80% de la población vive en ciudades y que nuestra rutina suele estar compuesta por una vorágine de elementos que impiden este contacto de manera frecuente con la naturaleza, es aconsejable generar un entorno que pueda asemejarse lo máximo posible. Para ello, crea tu propio entorno natural en casa. Puedes empezar por tener plantas, colocar humidificadores con aceites esenciales o ponerte una playlist con sonidos de olas de mar o pájaros. Recuerda que todo lo que hagas suma y mejorará tu bienestar.

La naturaleza debe formar parte de nuestra vida, ya que favorece nuestro estado de conexión interior, y nos permite parar el ritmo y tomarnos la vida con más calma, y en consecuencia, sentirnos más felices.

 

EL MOVIMIENTO ES AUTOCONOCIMIENTO

La práctica de movimiento consciente es una técnica de introspección que favorece la concentración de la mente (Dharana). Esta concentración canaliza toda la energía hacia un mismo lugar, evitando la dispersión mental. Una mente concentrada y calmada se traduce en quietud y paz interior.

El movimiento libera tensiones físicas y emocionales, y aunque a priori suene contradictorio, moverse es la mejor manera de encontrar la quietud. Cuando hablamos de quietud, hacemos referencia a una quietud verdadera, que no debe ser solamente física, sino también mental. Vivimos rodeados de estímulos que constantemente distraen nuestra atención y dispersan nuestra mente, lo cual termina convirtiéndose en un peligro para el propio individuo. Una mente descontrolada impide el autodominio de emociones y pensamientos, y genera conflictos y contradicciones.

Existen numerosas técnicas de fijación mental con objetos externos, como mantener la mirada en una vela u observar plácidamente el horizonte en una puesta de sol. Aunque estos objetos también pueden ser internos, podemos focalizar la mente en diferentes puntos del cuerpo, cómo entrecejo, corazón, etc. Puede ser observar como se mueve tu pierna en cada transición o cómo tu caja torácica se expande en cada inhalación. Por este motivo, el movimiento exige de un continuo adiestramiento mental.

Este movimiento debe ir acompañado de una respiración consciente y plena. Una respiración realizada por vía nasal que nos permita absorber toda la energía vital (Prana) del oxígeno. 

¿Cómo responde nuestro cuerpo al movimiento consciente?

Cuando llevamos a cabo la unión de movimiento y respiración de manera consciente, estamos potenciando la actividad de ondas cerebrales tipo alfa. Estas ondas nos permiten experimentar sensación de calma y relajación, reduciendo los niveles de estrés y aumentando la claridad mental.

El cuerpo físico  es un vehículo utilizado para llevar la mente hacia la conexión interior con uno mismo, lo cual permite obtener un estado de ecuanimidad y serenidad. Por ello, el movimiento es un aliado para transmutar ciertos estados de rigidez mental.

Debemos prestar atención a nuestra salud física, y mirar más allá de la simple estética, y tener en cuenta que un cuerpo enfermo y débil no nos proporcionará un bienestar que nos haga olvidarnos de su existencia por un tiempo. De ahí, que un cuerpo fuerte y sano trascienda y de lugar a una mente capaz de lidiar con la pesadez de ciertos pensamientos.

Varios estudios han demostrado que el 90% de los pensamientos que tenemos no llegan a suceder. Nuestra mente proyecta imágenes y eventos que seguramente nunca ocurran. Teniendo en cuenta que buena parte de esos pensamientos suelen ser negativos o ir ligados a creencias limitantes, miedos y complejos que condicionan nuestra manera de actuar, creo que merece la pena tratar de mejorar nuestra atención mental y progresivamente lograr el discernimiento interior. El movimiento nos brinda autoconocimiento y comprensión.

Por ello, considero el movimiento consciente como un camino hacia la libertad.


¡Recuerda que siempre es buen momento para moverse y respirar conscientemente!

 

 

 

 

 

 

EL YOGA EMPIEZA FUERA DE LA ESTERILLA

En la actualidad, y más concretamente en Occidente, el yoga suele considerarse una práctica meramente física. Pero las asanas, (nombre que reciben las posturas en el ámbito del yoga) es sólo un portal hacia lo verdaderamente importante, el control mental y la práctica profunda de la meditación.

¿Y que hay más allá de la postura física?

Pues bien, el yoga se estructura en la consecución de ocho pasos. El asana es el tercero, pero anteriormente encontramos los verdaderos fundamentos:

Yamas: Conjunto de preceptos cuyo objetivo es mejorar la relación con nuestro entorno.

Niyamas: Conjunto de preceptos cuyo objetivo es mejorar la relación con uno mismo.

Aquí es donde empieza el verdadero yoga. Estos preceptos, de los que hablaremos más profundamente en otro momento, son los que debemos interiorizar para llevar a cabo una práctica con consciencia, dejando de lado el flujo constante de pensamientos.

Ahora bien, para llegar a sentir en nuestro interior estos valores, tal y como nos cuenta Patañjali en los Yoga-Sutras, uno de los mayores textos clásicos en los que se hace referencia a los aforismos del yoga, los dos medios para llegar al cese de las fluctuaciones mentales son:

La práctica: Esta práctica debe ser constante, es decir, prolongada en el tiempo, llevada a cabo con respeto y devoción, sin buscar un resultado inmediato. Debemos darle tiempo al cuerpo y a la mente para que puedan afianzar todas las enseñanzas recibidas.

El desapego de los sentidos: Puede resumirse en dejar de prestar atención al mundo exterior, y llevar la mirada hacia el interior.

Es una disciplina que con el paso del tiempo llega a convertirse en una filosofía de vida, porque tiene lugar una transformación interna de buenas actitudes, entre las que podemos destacar la gratitud y el amor, llegando a ser consciente del verdadero potencial humano que existe dentro de ti. 

Por ello, podemos definir el yoga como el arte de aprender a volver a uno mismo.